El coronavirus nos ha quitado muchas oportunidades para hacer voluntariados, entre ellos mi Proyecto CAS, pero también nos ha dado nuevas opciones. Juan y yo, por ejemplo, estuvimos un par de viernes haciendo recados a Concha, una vecina mayor que por miedo no querÃa ser ella quién fuera de tiendas y al supermercado. Después de clase, Ãbamos a las tiendas que nos pedÃa y al supermercado cerca de su casa, para evitar que ella pudiera contagiarse. el pequeño rato de conversación que tenÃamos con Concha en la puerta de su casa, eran para ella un pequeño instante de contacto con la realidad. Empatizar con esta sensación me producÃa una mezcla de lástima y orgullo hacia los más mayores, que han tenido el valor de luchar contra la pandemia incluso con más riesgo que nosotros. Ayudarla fue muy gratificante. A veces veinte minutos de nuestro tiempo pueden suponer mucho para alguien, y esto fue lo que me enseñó esta actividad.
- Carmen Carrión