CARRERA NOCTURNA DEL GUADALQUIVIR
- Carmen Carrión
- 12 oct 2019
- 2 Min. de lectura
La noche del 27 de Septiembre participé en la Carrera Nocturna de Sevilla acompañada por algunos profesores y compañeros. El mayor propósito era pasarlo bien y disfrutar la actividad al máximo. La competitividad quedaba relegada a un segundo plano y el compañerismo pasó a ocupar el lugar más importante. Antes de empezar la música y el ambiente ya eran un buen augurio. Los ocho kilómetros se presentaban divertidos y no muy serios. Empezamos a correr en grupo pero la cantidad de gente que había hizo que enseguida nos dispersamos. Yo, a pesar de hacer atletismo, nunca había corrido 8km seguidos ya que hago velocidad, pero al verme sola preferí seguir a pararme y perderme más de lo que estaba. La gente de fuera daba gritos y animaba a los corredores lo que te llenaba de adrenalina y te daba energía para correr un poco más. Además entre las propias personas que estábamos participando en la carrera nos dábamos ánimo cuando alguien se paraba y cantábamos al pasar por un nuevo kilómetro. Los últimos metros fueron emoción pura y dura. Al final llegué a la meta en unos 45 minutos y no me podía sentir más orgullosa de no haberme parado en ningún momento. Justo después encontré a Laura entre la gente. habíamos terminado casi a la vez a pesar de que no nos habíamos visto en todo el rato. Juntas fuimos andando al punto de encuentro y allí acabamos todos riendo como antes de empezar. Fue una experiencia maravillosa y que me aportó muchas más cosas de las que habría imaginado. Me quedo con haberme superado a mí misma, con los abrazos al vernos después de 8 kilómetros y con las ganas de repetir el curso que viene. Espero que este principio de CAS sea tan bueno como el resto de actividades en las que participe.


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